Los animales, al igual que las personas, padecen enfermedades y requieren una atención adecuada del veterinario, del ganadero y del dueño del animal. Al igual que con todos los medicamentos veterinarios, se promueve el uso responsable de antibióticos para tratar enfermedades bacterianas en todos los animales, tanto de compañía como de producción.
Esto implica utilizar las cantidades precisas, durante el tiempo correcto, cuando sea necesario y solo bajo prescripción veterinaria. El uso responsable de medicamentos veterinarios se basa en un enfoque integral para minimizar la enfermedad mediante conceptos que incluyen: bioseguridad en las granjas, instalaciones necesarias, buena higiene, nutrición adecuada, control regular de la sanidad y bienestar animal, incluida la vacunación cuando sea necesaria, y el establecimiento de un plan sanitario.
En la Unión Europea se cuenta con unos altos estándares de sanidad y bienestar de los animales, y en este contexto, los antibióticos juegan un papel muy importante para salvaguardar la salud y el bienestar los mismos, tanto los de compañía como de producción.
El tratamiento de las enfermedades bacterianas puede aliviar y prevenir el sufrimiento, y en el caso de las zoonosis (que pueden ser transmitidas entre animales y personas) incluso prevenir la infección en las personas. Nuestro compromiso para mantener el bienestar de los animales incluye el uso responsable de los antibióticos, siguiendo las instrucciones del veterinario.
Las restricciones en el uso de antibióticos para el mantenimiento de la sanidad animal pueden tener una repercusión en el bienestar de los mismos, por lo que resulta esencial que las limitaciones se basen en la ciencia y no comprometan la sanidad y bienestar de los animales.
El uso de antibióticos como promotores del crecimiento está prohibido desde hace más de una década en toda la Unión Europea.
La Comisión europea y otras instituciones internacionales consideran la lucha contra las resistencias a los antibióticos como un asunto prioritario, siendo la Unión Europea una región líder en esta lucha en el contexto global.
Existen evidencias científicas que demuestran que ya existían bacterias resistentes a los antibióticos antes de que estos medicamentos se comenzaran a utilizar en medicina.
Se han descubierto cepas de bacterias con la capacidad de inactivar antibióticos modernos en sedimentos que datan de hace 30.000 años, lo que demuestra que no se trata de un fenómeno nuevo. Alexander Fleming, tras el descubrimiento de la penicilina, alertó en su discurso de recibimiento del Premio Nobel en 1945, que “…el hombre ignorante puede fácilmente administrarse una dosis insuficiente de antibiótico, y, al exponer a los microbios a una cantidad no letal del medicamento, los haga resistentes".
Si bien este no es un fenómeno nuevo, es un desafío creciente que requiere esfuerzos de todas las partes involucradas para usar los antibióticos de manera responsable a fin de salvaguardar su uso futuro.
Un tema tan complejo requiere un enfoque de “Una salud” que involucre a los diferentes sectores, ya que los sistemas de salud humana, animal y medioambiental están todos interconectados.
Asimismo, existe una clara necesidad de una cooperación mundial para promover el uso responsable de antibióticos a nivel global.
Los medicamentos veterinarios, incluidos los antibióticos, juegan un papel crucial en el control de la sanidad animal. Los ganaderos, veterinarios y todos aquellos involucrados en el cuidado de los animales tienen el deber legal de proteger la salud y el bienestar de los animales que están bajo su cuidado y, por lo tanto, deben tener acceso a las herramientas necesarias para hacerlo.
No importa el tipo de producción ganadera, los animales pueden enfermar y tenemos la obligación moral de mantenerlos sanos.
El manejo, la bioseguridad y la higiene son elementos esenciales en la protección de la salud y el bienestar de los animales. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, al igual que las personas, los animales pueden enfermar y siempre habrá casos en que los animales necesiten ser tratados con antibióticos.
Según datos de la OIE (Organización Mundial de la Sanidad Animal) el 20% de la producción animal mundial se pierde debido a las enfermedades de los animales. Sería difícil imaginar cómo sería la situación sin acceso a los medicamentos veterinarios. Los antibióticos desempeñan un papel vital en el tratamiento, control y, a veces, en la prevención de la propagación de las enfermedades bacterianas en nuestros animales de producción. También juegan un papel clave en la tenencia responsable de los animales de compañía.
El uso de vacunas para prevenir enfermedades junto con una buena higiene en las explotaciones, los planes sanitarios de la explotación y una buena nutrición son los primeros pasos para reducir la aparición de enfermedades bacterianas. Siempre que sea posible, "la prevención es mejor que curar".
El uso de técnicas de diagnóstico y otras tecnologías innovadoras también pueden ayudar a una detección temprana de enfermedades para una mejor gestión de salud. Los antibióticos solo deben usarse "tan poco como sea posible y tanto como sea necesario" para tratar enfermedades animales.
Los antibióticos pueden usarse a través de los piensos medicamentosos para tratar enfermedades en los animales de producción. Es una vía más de tratamiento. Los piensos medicamentosos están regulados para su uso responsable. Esta vía de administración de los medicamentos veterinarios está altamente regulada y controlada para tratar animales enfermos con diferentes tipos de medicamentos.
En Europa el uso de antibióticos como promotores de crecimiento está prohibido desde hace más de una década.
El tratamiento con antibióticos de animales o en personas puede potenciar la selección de bacterias resistentes. Sin embargo, todos los expertos coinciden en que el problema de falta de eficacia de los tratamientos en medicina humana se debe principalmente a la propia medicina humana.
El grupo europeo de expertos evaluadores del Comité de Medicamentos Veterinarios (CVMP) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), exponen en el borrador de la "Estrategia sobre antimicrobianos" que: "se reconoce que la principal causa de las resistencias en las personas es el uso de antimicrobianos en las personas o en la salud humana".
Nuestros animales de compañía también pueden enfermar, sin importar lo bien que los cuidemos y, por tanto, podrían necesitar tratamiento con antibióticos. Es esencial que estas importantes herramientas estén disponibles para que los veterinarios puedan tratar a nuestros animales de compañía cuando enfermen.
Es esencial que las políticas sobre el uso de antibióticos para TODOS los animales se basen en la evidencia científica y no comprometan la salud y bienestar de los mismos.
De acuerdo con la legislación de la UE, cuando los animales necesitan antibióticos, solo pueden ser prescritos por el veterinario. El veterinario no prescribirá un antibiótico si no es necesario y es muy importante que cuando se prescriban los antibióticos, se sigan exactamente las indicaciones del veterinario. Prácticamente, esto significa administrar al animal la dosis correcta de antibiótico durante toda la duración del tratamiento.
Esto asegura que los animales reciban la dosis óptima de antibiótico, durante el tiempo necesario para inhibir o eliminar a las bacterias que causan la infección o enfermedad. Reducir la duración del tratamiento o reducir la dosis prescrita puede afectar la eficacia del tratamiento y permitir la supervivencia de bacterias resistentes.